Sobrevivir a las crisis de pareja después de unas vacaciones
Tras las vacaciones, según numerosos estudios llevados a cabo hasta la fecha, se produce un repunte en el número de separaciones y divorcios entre las parejas.
Algunas de las causas de este fenómeno, son entre otras las que se describen a continuación:
- Se incrementa el tiempo de estar juntos, lejos de horarios y deberes laborales o escolares y aparece el tiempo en el cual es posible que se conviva realmente.
- Durante el año, se está más centrado en resolver el día a día y a menudo se olvida la pareja, la cual en las vacaciones estivales se reencuentra y no sabe cómo hacerlo.
- Se abandonan erróneamente los espacios propios e individuales, en muchas ocasiones como compensación al resto del año, intentando pasar las 24 horas juntos.
- Se reserva este periodo para resolver todo aquello acontecido durante el resto del año, por el hecho de pensar que es una etapa de mayor tranquilidad y menor estrés.
- Aumentan las horas al cuidado de los niños, se pasa más tiempo también con ellos que en determinados momentos pueden estar más irritables o desorientados por la flexibilidad de las rutinas y horarios, lo cual también puede llevar a discusiones por la diferencia de pareceres en el modo de abordar la situación y en las pautas parentales.
Así pues, en caso de que tengan lugar la/s crisis, ¿tienen solución las mismas sin que se rompa la pareja?, y ¿cómo se puede poner solución?
En estos casos, en los que la pareja ha quedado resentida tras el periodo vacacional, algunas posibles alternativas antes de llegar a tomar la decisión de serpararse son:
- En primer lugar, plantearse que puede haber llegado el momento de acudir a una terapia de pareja, para solucionar los posibles problemas subyacentes que provoquen la/s diferentes crisis ya que frecuentemente es complicado abordarlos en solitario por la carga emocional que ello implica.
- En segundo lugar, tener en cuenta claras algunas premisas básicas como puedan ser:
- Plantearse la etapa estival de forma realista, con objetivos y expectativas adecuadas y ajustadas, y sin pretender que sea la solución a todos los problemas existentes en la pareja.
- Abordar, en los momentos adecuados, los problemas y obstáculos existentes según vayan aconteciendo a lo largo del año, no dejarlos todos para las vacaciones.
- Permitir espacios individuales para cada miembro y no pretender pasar todo el tiempo juntos como recompensa al resto del año, la pareja es algo que se cuida diariamente y no sólo en determinadas épocas.
Aida Mañero
Psicóloga