Dejarse llevar por un tercero puede salir muy caro. Elisa Vaca López
Los seres humanos no solemos valorar lo que tenemos, las cosas buenas de la vida que disfrutamos a diario, se acaban convirtiendo en algo rutinario, corriente, y dejamos de ver su valor.
Este ocurre muchas veces en las parejas, nos acostumbramos a lo que tenemos y dejamos de valorarlo como se merece. Podemos tener al lado una persona maravillosa, con un montón de cosas buenas, de la que algún día nos enamoramos, que llega un momento, con el paso del tiempo, que nos acostumbramos a verla y tenerla al lado. Pensamos que es lo normal y dejamos de ver lo extraordinario que es esa persona. Dejamos de cuidarla y en ocasiones, nos descuidamos. Así acuden a nosotros parejas, que dejándose llevar por la ilusión del momento, toman una decisión equivocada, y deciden tontear con una tercera persona.
Un placer momentáneo o un vivir el momento y dejarse llevar, puede ser placentero en muy corto plazo, pero puede que nos arrepintamos el resto de nuestra vida. Si algún día decidimos que la persona que tenemos a nuestro lado día tras día, era la persona de nuestra vida, quizá esa siga siendo la mejor decisión. Y si esa persona perdió su encanto, también quizá sea responsabilidad nuestra el no verlo o que la chispa se haya pagado. Volcar nuestros esfuerzos en esa decisión que tomamos un día puede resultar a largo plazo mucho más placentero y satisfactorio.
Cuidado con dejarse llevar por el momento, pues a veces sale muy caro el precio a pagar.