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Riesgos de las parejas de muchos años de relación

Riesgos de las parejas de muchos años de relación

Existe un tipo de parejas las cuales acuden a terapia con frecuencia hoy en día cuya característica más definitoria es su larga trayectoria, su amplio recorrido conjunto y sus numerosos años de convivencia.

Se trata de parejas cuyos miembros llevan prácticamente toda una vida juntos, frecuentemente desde la adolescencia, que tienen uno o varios hijos, generalmente ya en edad pre-adulta o adulta, autónomos e independizados o a punto de hacerlo.

Ante tal situación, este tipo de parejas solicitan intervención profesional habitualmente por los siguientes motivos:

  • Dificultades en el reencuentro tras la etapa centrada en la crianza de los hijos.
  • Visión del otro miembro ya únicamente como padre o madre y no como pareja.
  • Pérdida de atractivo, de intereses comunes y/o de tiempo de calidad conjunto y por separado.
  • Caída en la rutina y en el no cuidado de la pareja, dejados llevar por el devenir del día a día.

Del mismo modo, los miembros de esta tipología de diada a menudo presentan dificultades, debido principalmente a su extenso recorrido conjunto en los siguientes aspectos:

  • Dificultad para pedir, a pesar de la confianza existente; debido a la cantidad de años juntos, la pareja se conoce muy bien y es frecuente que caiga en el error de asumir que el otro “tiene que saber lo que necesito, pienso, siento…”
  • Tendencia a interpretar lo dicho o hecho por el otro, sesgada ésta por aquello que uno mismo cree.
  • Tendencia a buscar en el otro únicamente lo de antes (etapa de noviazgo, de pareja sin hijos…), no aceptando la evolución ni el paso del tiempo, encontrando aquello positivo de esta nueva fase.

Para la intervención de pareja ante situaciones como la detallada, se consideran factores de buen pronóstico entre otros, los que se mencionan a continuación:

  • La actitud con la que se presenten los propios miembros ante la terapia de pareja; una actitud positiva, constructiva y de escucha permite un mejor curso y una mayor probabilidad de éxito.
  • La existencia de una base sólida, que a pesar de las dificultades sostenga a la pareja.
  • La presencia de una buena pauta comunicativa, que permita la expresión libre sin sentir ataques o reproches.

Aida Mañero Ocarranza

Psicóloga

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