10 buenos hábitos para mejorar la relación de pareja. Aida Mañero Ocarranza
Las relaciones de pareja a menudo son complicadas y conllevan situaciones difíciles de entender, esto puede provocar un cierto nivel de hastío y frustración los cuales den lugar al olvido de algunas cuestiones relativas a la pareja en su totalidad y al otro en particular.
A continuación se ofrecen una serie de consejos que pueden ayudar a superar esas barreras. Entre ellos destacamos:
– Conseguir obtener todos los días al menos veinte minutos para hablar con la pareja de las cosas que atañen a la misma y su día a día. Si la pareja tiene niños, igualmente es necesario este espacio puesto que, además de padres continúan siendo pareja.
– Aceptar las partes del otro que puedan gustar menos, o incluso no gustar, y no intentar cambiarle por completo, entre otras cosas porque de este modo se convertiría en otra persona diferente de la que nos enamoramos. Podrá haber una variación de ciertos aspectos, pero no un cambio radical.
– No esperar que las propias necesidades y expectativas estén en todo momento cubiertas por el otro ya que es imposible que la pareja esté siempre pendiente de uno; esto sería una utopía y algo inalcanzable. Es más adaptativo y funcional considerar que mi pareja podrá cubrir buena parte de mis necesidades y expectativas, pero no la totalidad.
– Aprender a preguntar si no se ha comprendido algo de lo que haya dicho el otro en lugar de interpretar, pues se puede cometer el error frecuente de considerar algo que realmente no es por estar sesgada esa consideración.
– Cultivar tiempo de ocio en común y de calidad, que sirva para compartir y disfrutar en conjunto.
– Cultivar tiempo de ocio por separado. Es importante que cada miembro de la pareja también posea un tiempo propio de esparcimiento, ya que de este modo se atiende a sí mismo, se encuentra mejor y, por extensión, puede atender mejor a su pareja; si uno se encuentra bien consigo mismo, podrá encontrarse mejor con los demás, incluida su pareja.
– Explicitar desde un comienzo lo que se está dispuesto a tolerar y lo que no en la relación. De este modo se establecen límites claros desde el principio, los cuales no darán lugar a posibles confusiones y malos entendidos al respecto.
– Explicitar la relación que se tendrá con las familias de origen de cada miembro de la pareja, estableciendo aquellos límites que manifiesten hasta dónde podrán penetrar dichas familias.
– Aceptar que “ceder no es perder”; hay ocasiones en las que primará lo propio y otras en que primará lo del otro miembro de la pareja, se trata de un intercambio y no de una competición.
Ponerse en el lugar del otro y ser empático con la pareja. Con esta actitud el otro sentirá que es comprendido lo cual favorecerá la cercanía.