¿EXISTE LA ADICCIÓN AL AMOR?. Aida Mañero Ocarranza
En los últimos tiempos, era frecuente que cuando se mencionaba la palabra “adicción” las personas pensasen en ciertas dependencias relacionadas directamente con sustancias tales como las drogas o el alcohol.
Sin embargo, hoy en día cada vez es más común oír hablar de otro tipo de adicción; en este caso no hay una sustancia de por medio, ni una sola persona implicada, sino que por el contrario, son necesarios dos individuos para que tenga lugar, entre otros aspectos; ésta es la denominada dependencia emocional.
Algunos autores definen este tipo de adicción como una necesidad afectiva extrema que una persona siente con respecto a otra, experimentando un deseo irrefrenable por ella, unido a un sentimiento de exclusividad y priorización de la pareja por encima de cualquier otra cosa o valor. Estas personas son y existen en pareja, sin ellas consideran que no son nada y, por supuesto no contemplan en ningún momento la soledad, la cual por el contrario no es tolerable.
Las personas dependientes emocionalmente hablando parecen adictas al amor, lo idealizan y se estancan en las etapas más pasionales de la relación, es decir en las primeras fases en las que el enamoramiento se está iniciando, manifestando un deseo de revivir y mantenerse siempre en ese estado. Además, las personas que padecen una dependencia emocional no contemplan el conflicto dentro de la relación de pareja como un componente más que tiene lugar dentro de toda relación normal, y es por ello que a menudo cambian de parecer y de opinión con el fin de no desagradar o enfadar a su pareja. Por este mismo motivo, suelen presentar un perfil de persona sumisa y carente de las habilidades sociales necesarias para expresar su opinión y sentimientos con seguridad.
Todos estos factores hacen que los individuos dependientes de forma afectiva de otra persona, desarrollen una autoestima baja y dañada y un autoconcepto negativo de sí mismos, puesto que no son nada por y para ellos mismos, sino que todo lo que son lo son por y para la otra persona y en función de ella.
Con todo esto, es frecuente que este tipo de personas no disfruten de todas aquellas relaciones sentimentales que establecen, sino que más bien es habitual que sufran y manifiesten angustia y ansiedad con ellas, lo cual interfiere de una forma significativa en el desarrollo normal de su día a día.
Una vez contemplados todos los rasgos que caracterizan a la dependencia emocional, es evidente que en estos casos se hace necesario la presencia de un tratamiento destinado a resolver la adicción, en el que entre otros aspectos habrá que intervenir sobre la autoestima, las ideas y expectativas sobre el amor y la asertividad de la persona dependiente.