VACACIONES EN FAMILIA, ¿FELIZ NAVIDAD?. Aida Mañero Ocarranza
Nos acercamos a unas fechas del año en las que parece que todo es amor, felicidad, ilusión, sorpresa… Se presupone así, que durante la Navidad todo el mundo ha de estar contento y feliz, ya que la familia se reúne, se producen reencuentros con miembros de la familia que quizá hace un año que no se vea, se queda con amigos… Pero en ocasiones estas fechas también llevan consigo algo de tristeza, añoranza o enfado, puesto que se echa de menos a gente que ya no está, y surgen conflictos como que no se desea compartir con la propia familia estos momentos, o con la familia de la pareja.
Así pues, para algunas personas la Navidad implica una mezcla de sentimientos y emociones, tanto positivas como negativas, que en ocasiones da lugar a un malestar asociado a esta época del año. Este es el caso, por ejemplo, de las parejas que, llegadas estas fechas, comienzan a tener problemas por el hecho de tener que acudir a casa de la familia política. Aparecen entonces discusiones, enfados y tiranteces que afectan tanto a la propia pareja como tal, como a cada uno de sus miembros por separado. La pareja se resiente y es posible que se distancie, al tiempo que sus miembros se sienten por un lado enfadados, puesto que no les agrada la situación, y por otro culpables, ya que saben que están dañando al otro.
Con esto, y una vez detectado el problema, lo adecuado en estos casos sería que la propia pareja mantuviese una conversación al respecto antes de que llegase la fecha crucial para, de este modo, poder valorar diferentes opciones y alternativas y, entre ambos, llegar a un acuerdo mutuo.
Entre esas alternativas posibles se encontrarían, entre otras, las siguientes:
– Repartir las fiestas, es decir, acudir una noche a la casa de la familia de origen de uno de los miembros, y otra noche a la del otro.
– Acudir cada uno a la casa de su familia de origen, sin el otro miembro de la pareja.
– No acudir a casa de la familia de origen de ninguno de los dos miembros y, o bien pasar las fiestas únicamente con amigos, o bien pasarlas únicamente los dos miembros de la pareja.
– Planear un viaje, bien la pareja sola o bien con amigos, durante esas fechas.
Ninguna de estas posibles opciones es mejor que otra, simplemente la pareja en cuestión debería escoger aquella que más se ajuste a sus preferencias y necesidades, valorando tanto los pros como los contras de cada una de ellas.
De este modo, la pareja puede llegar a comprender que, mediante el acuerdo y el consenso entre ambos miembros, es posible disfrutar de la Navidad, época que no sólo tiene por qué significar para ellos enfrentamiento, enfado y distanciamiento.
Es muy importante que ante una situación problema se lleve a cabo un acuerdo de las partes,. En el caso de no poder llevarlo a cabo acudir a un profesional ya que en muchas ocasiones el problema desde dentro dificultad el poder visualizar las posibles opciones y tomar una decisión, ya que la emoción no te lo permite.