Los diferentes tipos de amor, amar y ser amado. Aida Mañero Ocarranza
Una pareja en su inicio no es la misma que transcurridos unos meses, ni mucho menos que pasados unos años; no lo es ni la pareja en sí misma como entidad, ni lo son sus miembros componentes de forma aislada. Así, a medida que pasa el tiempo se van produciendo una serie de cambios que hacen que el sistema de pareja se modifique y vaya evolucionando, apareciendo diferentes formas de amor, de amar y de ser amado.
Entre esos modos distintos de amor es posible distinguir un primer tipo el cual se correspondería a su vez con la fase de enamoramiento inicial que atraviesan las parejas; se trata éste de una amor pasional, romántico e íntimo con en el que los miembros de la pareja que comienzan su andadura en común disfrutan y a menudo fantasean, llegando incluso en ocasiones a quedar algo idealizado y esperando que el resto de la relación futura se mantenga de este modo.
Una vez asentada la relación de pareja y ya transcurridos unos meses, (algunos autores afirman que pasado un año de relación aproximadamente), surge otro tipo de amor en el que el romanticismo y la intimidad siguen presentes a la vez que el nivel de compromiso va en aumento, pero en el que es probable que esa pasión propia de los comienzos empiece a disminuir en cierta medida.
Por último, las parejas que permanecen unidas atraviesan la fase que algunos denominan etapa de amor cómplice o compañero a lo largo de la cual el rasgo distintivo presente es la intimidad que comparten los miembros, logrando un estado que aunque bien diferente del primero, debido principalmente a la disminución de la pasión, igualmente produce satisfacción y disfrute a aquellos que logran experimentarlo. En esta etapa el compromiso se consolida por completo al tiempo que el cariño y la comprensión entre otros, hacen que se viva igualmente como algo que realmente genera bienestar y felicidad.
Por todo esto, y debido a la evolución evidente que experimentan las parejas, es acertado pensar que lo importante es vivenciar y aprovechar todo lo bueno que ofrece cada uno de los diferentes tipos de amor existentes, más que intentar parar el tiempo para quedar atrapado siempre en esa primera etapa de enamoramiento tan frecuentemente idealizada por los individuos.