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Cambiar al otro vs. aceptar al otro

Es frecuente encontrar en terapia hombres y mujeres cuyo objetivo es el cambio y transformación por completo de su pareja o de su forma de ser y comportarse, pero ¿es esto adecuado o sano?

Cuando aparece esta cuestión, es necesario tener en cuenta y explicar a las personas que acuden a la sesión que si fuera posible modificar todo aquello que se quisiera quizá correríamos el riesgo de encontrarnos con otra persona diferente a aquella que nos enamoró, es decir, dirigir los esfuerzos a “crear” una persona ajustada a la propia necesidad quizá no sea lo más favorable ni para uno mismo ni para la propia pareja, la cual entre otras cosas no podría comportarse tal y como es con lo que por consiguiente estaría probablemente incómodo/a en la relación.

A los individuos que acuden a una terapia con este objetivo es necesario alclararles que algunos aspectos son susceptibles de cambio, siempre que la otra persona quiera, pero que por el contrario otros no es posible que sean modificados, ni sano tampoco.

Ante tal situación, es necesario poder aprender a aceptar aquello que no sea 100% del propio agrado, quizá dirigiendo la atención más a esos aspectos que sí son positivos para uno mismo y que compensan los otros. Para ello, también es necesario aceptar que la propia pareja nunca va a ser perfecta o completamente como uno mismo quisiera ya que, dentro de la identidad de pareja, cada miembro también tiene la suya propia así como su esencia y esto es dificilmente modificable, se trata de dos personas diferentes cada una de ellas con sus características y rasgos definitorios, que conforman otro sistema conjuntamente.

Así pues, quizá sea más sano poder aceptar aquello que no sea susceptible de cambio que intentar dirigir los propios esfuerzos a luchar contra ello, lo cual irremediablemente conducirá al malestar, probablemente propio y de la pareja.

Aida Mañero Ocarranza

Psicóloga

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